martes, 29 de marzo de 2011

RUMISHITANA: LA PIEDRA MAGICA DE LOS CHACHAPOYAS


Tirando a la suerte en la piedra mágica de Rumishitana

Chachapoyas, es una tierra misteriosa, bellísima por fuera y por dentro. En cada metro cuadrado de su geografía provincial nos encontramos con una serie de paisajes naturales y hechos significativos que la hacen digna de un redescubrimiento.

En ese redescubrimiento de las tradiciones, costumbres de Chachapoyas, sin lugar a dudas no se puede desconocer la importancia de la piedra de Rumishitana, paso obligado de todos los viajeros que usaban esa vía peatonal para ir a la montaña o a Chiliquín para traer la sal de las minas de Yurumarca.

Simulando un viajero de los cincuenta, viajé a la zona y recrear la escena de antaño no es complicado, ya que los paisajes siguen siendo los mismos, el mismo río Sonche, las mismas tayas y hasta los guarangos, el mismo calor de un temple que está a mil setecientos metros de altura, las mismas cuevas como las de El Calvario y hasta el mismo buey mancornado que está prensado en el cerro.


Rumishitana que significa piedra que se rompe en pedazos, está a veinte minutos de Chachapoyas, a unos diez metros de la carretera que nos conduce a Mendoza. Hoy por el poco uso que se le da a la vía peatonal, la piedra está rodeada de una espesa vegetación salvaje. Una característica para identificar la zona es la cantidad de piedras pequeñas que son las que se usan para introducir en los huecos naturales de Rimishitana

Cuenta la historia de los viajeros de antaño, que todo aquel que viajaba a la montaña, obligatoriamente tenía que agarrar tres piedritas para que a determinada distancia trate de embocar en los huecos de la piedra de Rumishitana. Si entraban las tres, era un viaje marcado por el éxito, si entraban dos bueno, si era uno regular; pero si no embocaba ni uno, era peligroso. Muchos desistían de viajar y regresar a Chachapoyas o los más pegados a la religión, rezaban en la zona y proseguían su camino

1 comentario:

marjevi dijo...

ESTA FUENTE ES DE MANUEL CABAÑAS